Aunque por lo general tienen una connotación negativa, las deudas forman parte importante de la economía de un país. Un acreedor proporciona un préstamo o crédito a una persona para que cumpla con un cometido, como la compra de bienes o la instalación de un negocio. A cambio, el acreedor recibe ganancias por intereses a medida que se cumplen con los pagos.

Pero resulta que no todas las deudas llegan a saldarse como se estipula inicialmente. Si al finalizar el tiempo de mora el deudor no ha cancelado su deuda, el acreedor puede tomar acciones legales para recuperar su dinero. De lo contrario, habrá lo que se conoce como prescripción. Obviamente, la forma en que se produce depende de la legislación de cada país. A continuación te lo explicamos para el caso de España.

¿Qué es la prescripción de deudas?

Las deudas pueden parecer eternas para muchas personas, sin embargo, están lejos de serlo. Esto es básicamente lo que plantea este término tan poco conocido, pero tan importante para efectos de reclamos legales. De forma simple, podemos definir la prescripción de deudas como un proceso que da fin a la posibilidad de aplicar acciones de cobro contra un deudor que incumplió con el compromiso.

En el momento en que termina el plazo estipulado inicialmente para la cancelación total de la deuda, esta entra en el denominado «período de prescripción de deuda«. Este se define como el plazo que tiene el acreedor para tomar acciones legales para cobrar el dinero, por ejemplo, a través de una demanda contra el deudor. Sin embargo, este tampoco es eterno.

Y es que si el acreedor no aprovecha dicho período para reclamar su dinero por vías legales, la deuda y el impago perderán efecto al final de este. Es entonces cuando hablamos de una deuda prescrita: cuando el acreedor ha dejado pasar el período de prescripción. Dejar pasar este tiempo es dar a entender que renuncia a su derecho de cobrar al deudor que incumplió con el acuerdo de pago.

La prescripción de una deuda requiere formalización y toma tiempo

Por lo tanto, lo que se prescribe en realidad no es la deuda, y esto es algo que debe quedar claro. Lo que queda prescrito es el derecho que tiene el acreedor a cobrar al deudor. En caso contrario, siempre que se cumplan una serie de condiciones, el acreedor podrá emitir su demanda en pro del cumplimiento del compromiso de pago.

Y hablando de ello, es importante resaltar que la prescripción de una deuda tampoco ocurre de forma automática. Al contrario, es necesario acudir a tribunales con las pruebas pertinentes que muestren que ha pasado la fecha de pago y solicitarla. No es sencillo y tampoco económico, y además puede tomar hasta meses esperar la decisión judicial.

Condiciones para la prescripción de deudas

Si bien el paso del tiempo es el requisito principal para la prescripción de una deuda, la ley es muy clara respecto a las condiciones que aplican para ello. Los artículos 1961 y 1965 del Código Civil de España las explican, así como también los casos de acciones no prescriptibles. Entre ellas, la división de herencia entre coherederos, condueños o propietarios de fincas, la división de la cosa común o el deslinde de propiedades contiguas.

¿Cuándo es posible prescribir una deuda?

Ahora bien, los plazos de prescripción de una deuda dependerán el origen de la misma. Pero, en general, las acciones personales sin un plazo especificado, prescriben a los 5 años según el Código Civil de España; este plazo inicia desde el momento en que se puede exigir el cumplimiento de la obligación. Sin embargo, hay otros plazos que merecen mencionarse.

Entre ellos, el de deudas con la Hacienda y la Seguridad Social, de 4 años; el plazo por deuda hipotecaria, de 20 años; el de deudas de alquiler de vivienda, pago de suministros y pensión de alimentos, de préstamos no hipotecarios de parte de entidades bancarias, también de 5 años; el de servicios profesionales o suministros efectivos en un plazo corto de tiempo, de 3 años.

Por último, es de gran importancia que los acreedores conozcan la ley y los plazos en juego para evitar malas jugadas de parte de los morosos. Cuando el plazo de mora culmina, se deben aplicar las acciones legales correspondientes para exigir el pago de la deuda y, de este modo, recuperar el dinero. De lo contrario, el deudor podrá eximirse de ella de forma legal.

Estás a sólo
un paso de conseguirlo.

Nombre(Obligatorio)
Consentimiento(Obligatorio)

Notícias relacionadas

Estudiamos tu caso, y te asesoramos con la mejor opción para tí

Llámanos hoy al 623 307 281

Consulta gratuita